jueves, 26 de septiembre de 2013

Diabetes y Salud Oral


Con el uso que le damos a la boca a diario, la salud oral nunca se puede descuidar. 

Y si tienes diabetes, con mayor razón debes cuidarte. 

¿Por qué? Sigue leyendo para que sepas cuáles son los riesgos y cómo cuidar tus dientes, tus encías, y tu boca en general.

La higiene oral es un asunto de todos los días. Con tantas comidas y bebidas entrando por la boca varias veces al día, así como las bacterias del aire y las que se forman dentro de la misma boca, la única manera de controlar las infecciones y las enfermedades es con un aseo adecuado.

Cuando tienes diabetes, ese cuidado y ese aseo deben ser aún mayores. 

¿A qué se debe esto? Esto se debe a que la diabetes, especialmente cuando no está bajo control, aumenta tu riesgo de infecciones en la boca también. 

Esto se debe a que tus glóbulos blancos que son los encargados de defender al cuerpo de las infecciones, no funcionan bien si el azúcar en tu sangre se encuentra elevada. Y recuerda que la boca está llena de bacterias.

E mayor riesgo para la salud oral en los diabéticos son las enfermedades de las encías que desarrollan gingivitis (inflamación y sangrado de las encías) o, en el peor de los casos, periodontitis, que es gingivitis agravada y te puede hacer perder los dientes.

Pero esos no son los únicos riesgos que corre tu salud oral cuando tienes diabetes. También es muy fácil desarrollar caries e infecciones como candidiasis bucal (que es una infección por hongos). 

Y, además de disminuir el funcionamiento de tus glóbulos blancos, los niveles elevados de azúcar en la sangre debido a la diabetes que no está bien controlada, también te pueden provocar el tener la boca seca permanentemente o dificultad para que las heridas en la boca sanen después del tratamiento dental, por la falta de flujo sanguíneo a la herida.

Lo bueno es que hay formas de salvar tus dientes y cuidar tu boca. 

Estos consejos te pueden servir:

Controla tus niveles de azúcar: La primera clave para tener una buena salud oral con diabetes, es controlando tus niveles de azúcar y procurando que estén lo más cerca posible a lo normal. Así evitarás tener complicaciones.

Cepíllate los dientes: No importante dónde estés ni qué estés haciendo, has todo lo posible por cepillarte los dientes después cada comida (tres veces al día). Usa pasta de dientes con fluoruro. Y elige los cepillos con cerdas suaves y puntas redondeadas para que no te lastimes las encías, recuerda que la diabetes hace que las heridas tarden más  en sanar.

Evita la placa: son la principal fuente de bacteria. Usa la seda o hilo dental obligatoriamente, al menos una vez al día.
Si tienes dentadura postiza, debes lavarla a diario.

No dejes de ver al dentista: Ahora más que nunca es importante que no dejes de ir a hacerte una limpieza semestral (2 al año) con tu dentista. 
Incluso él o ella podría sugerirte que lo visites más seguido, dependiendo de tu condición. Cuando vayas, infórmale sobre tu diabetes, y coméntale acerca de tus niveles de glucosa en sangre, él (ella) necesita saberlo.

No dejes que la diabetes te gane la batalla, y mucho menos que te quite la posibilidad de sonreírle a la vida. Con una higiene oral adecuada, tus dientes y tus encías estarán protegidos.


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